Comer en familia: beneficios clave para la salud emocional de los niños
Publicado en 12/07/2025 21:36 • Actualizado 12/07/2025 21:41
Entretenimiento

Comer en familia no es solo una rutina para alimentarse, sino una poderosa herramienta para fortalecer el desarrollo emocional, social y psicológico de los niños. En LaFamilia.info hemos resaltada su importancia en distintas ocasiones, y ahora un nuevo artículo del Frankfurter Allgemeine Zeitung lo confirma con el respaldo de varios expertos.

Comer en familia: beneficios clave para la salud emocional de los niños

René Hurlemann, director médico de la clínica Karl-Jaspers en Bad Zwischenahn (Baja Sajonia), subraya los múltiples beneficios de este hábito: “Cuando las familias comen juntas con regularidad, no solo disminuye el número de casos de depresión, ansiedad y adicciones, sino también el de embarazos adolescentes”.

Además, advierte que “se subestiman los aspectos tan positivos de este ritual familiar”, ya que comer juntos mejora la comunicación, refuerza los vínculos afectivos, fortalece la salud emocional y “es una medida contra la soledad”.

Christine Ordnung, directora del Instituto Germano-Danés de Terapia y Asesoramiento Familiar en Berlín, coincide con esta visión. Para ella, la mesa familiar tiene un rol esencial en la vida cotidiana: “La comida y las relaciones son alimentos”, afirma.

Las experiencias compartidas en torno a la mesa dejan huella para toda la vida. Ordnung defiende que “la mesa es el motor de la familia”, porque allí se convive, se conversa, se discute y se construye la convivencia. Y añade: “Los niños experimentan cómo sus padres afrontan las preocupaciones y los conflictos, si se resuelven de forma pacífica. Esto estimula el aprendizaje a partir del modelo”.

La psicóloga Elisabeth Raffauf también destaca el valor emocional de estos encuentros. Señala que lo importante es que el momento compartido sea agradable, pues eso comunica al niño que “tú eres importante para nosotros”. Aunque los adolescentes puedan mostrar resistencia, el afecto y la atención que reciben “llegan” y ayudan a fortalecer a los padres en su rol. Raffauf reconoce las dificultades de la vida diaria, pero insiste en la importancia de reservar al menos una comida en común: “Dejen claro que comer juntos debe ser la norma siempre que podamos”.

Hurlemann, quien también es catedrático de Psiquiatría y Psicoterapia en la Universidad de Oldenburg, refuerza esta idea: Hablar durante las comidas “alivia” y fortalece la autoestima y la resiliencia de los niños, mejorando además sus hábitos alimenticios… “siempre y cuando los dispositivos electrónicos no tengan ningún papel durante las comidas”. Incluso ve con buenos ojos que surjan discusiones, siempre que se gestionen de forma saludable.

Eso sí, el ambiente debe ser relajado y libre de tensiones. Raffauf advierte: “No hay que fijarse en cómo come mi hijo… Para muchos, eso solo supone estrés”, y recuerda que “la cena no es el momento para los interrogatorios”.
En esa misma línea, Ordnung recomienda evitar los temas escolares durante la comida para no romper la armonía.

El mensaje final es claro: nunca es tarde para comenzar. Puede ser una cena diaria, un brunch de sábado o una comida con los abuelos. Lo importante es preservar ese espacio de encuentro cotidiano, porque en torno a la mesa también se construye la familia.

Textos y fotos: www.lafamilia.info

 

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